29.3.07

Improvisaciones

El desvarío en una tarde, la lluvia que moja el recorrido de las librerías de la Av. Corrientes, el olor a humedad de los libros, Alicia en el País de las Maravillas, el cuadro de Alicia en una noche de miradas, el bar donde tomó su primer capuchino, los cafés adornados con la sintonía de alguna AM en la noche, los días que no son sólo lunas, los días que son sólo soles, los días, la reserva del teatro que tiene aroma a canela, el programa de variedades, la nocturnidad, el telón de felpa color bordó de alguna sala apolillada, las paredes de constelaciones en el cielo azul que abrigan la calle, el vagabundo en la calle que absorbe todo el inmoral social, la vereda mojada con aceite barato y la lluvia de hace tres días, el rococó de las señoras que salen en grupo y que no se quieren mojar los pies, una noche que arranca bien, los aplausos para el hombre vestido de traje a-lo-Frank-Sinatra, el olor a naftalina y decadencia de su sombra abandonada, la cerveza caliente que sirven en el bar de la esquina, la madre de una depresiva viendo su futuro en un vaso de vino barato, la actuación de una pareja ante el drama oscuro del arrepentimiento, la mina que llora con un cigarrillo en la mano, el cenicero vomitado de cigarrillos, la amenaza de las puntas de vidrio estratégicamente diseñadas, la ventana tajeada que no muestra la calle, la censura a la prostituta de la esquina por tener risa de prostituta, el egoísta que se cree superhombre, la estudiante de teatro que no es carismática, un pendejo adicto al sexo que pierde su oportunidad por falta de reflejos, el divorciado que mantiene una vida karaoke, la cornuda inocente que agarra la mano del novio aunque a ella no la agarren con la misma fuerza, el perfume especial de tu cama, el sabor de una película vista en silencio, tu amor que se esconde tras el frívolo placer de la carne, una amistad que no encaja en esquemas, el crucigrama medio hecho del encargado del edificio de la esquina, los pedazos de vida que se guardan en el álbum familiar, el recuerdo de aquella vez que quebraste por mí, el jubilado sentado en el borde de una ventana abandonada, el chico que pasa con muletas y nadie respeta, el bostezo de una moza distraída que espera impaciente que su turno termine, la lista interminable de los VIPs del boliche del viernes, los incrédulos que viven en una burbuja de aire viciado, un punto rojo entrando en metamorfosis, intrusos que se esconden en las sombras mientras toman notas mentales, un Voyeur que mira pero no ve, el estudiante que combina un trabajo a medio tiempo con apuntes manchados de tinta amarillo flúor, la regla mnemotécnica resaltada sobre las seis esposas ("Divorced, Beheaded, Died, Divorced, Beheaded, Survived"), el block de notas olvidado sobre la mesa de la milonga, la lectura de Bestiario, el que lucha por ser voz de la oposición, la necesidad de explotar, el movimiento en concéntrico que no puedo dejar de ver, el cuadro de Escher en un libro surrealista, el desvarío, otra vez una tarde de lluvia. Y un "mí" que invita a un "yo" a compartir un momento de locura entre tanto quietismo escénico.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

y el fluir tan precioso de tu (in)conciencia que se hace mas tangible con cada palabra.

Anónimo dijo...

Sofizmas en el aire de baires,
los cambios.
Desvaríos.
en si
sólo aire y mucho brillo.
¿La luz?
En el final.

Anónimo dijo...

Es increíble cómo una tarde de lluvia invita a pensar en tantas cosas. La lluvia nos priva de muchas cosas, pero potencia nuestra imaginación.

Anónimo dijo...

la estatica de las emociones que corren aunque vos no te estes moviendo.
cuanto tuyo desmembrado en imagenes.

Anónimo dijo...

la estatica de las emociones que corren aunque vos no te estes moviendo.
cuanto tuyo desmembrado en imagenes.