6.10.09

Preámbulos

Para mi Sidharta
Los preámbulos siempre han sido la mejor manera de ocultar la cobardía, el sistema perfecto para una enfermedad con verdades que duelen. Por eso las cartas de suicidio son tan largas y nunca dicen “suicidio”. Los que terminan con su vida no dejan carta; dejan envases no retornables – o sí, cuestión de óptica -.
Y esto es otro preámbulo demasiado extenso para un sarpullido que escribe su nombre en mi cuerpo y pide a gritos reconocimiento – como la gente que escribe preámbulos pide a gritos la presencia de la síntesis o la materialización del valor -. Acá llega mi síntesis. Estoy sola.