29.7.07
Una y Otra vez
25.7.07
Creencias
18.7.07
Porcelana
Depende de dónde quieras ir...
A cualquier lugar...
¡Entonces tomá cualquier camino!
Porcelana era una figura transparente y ágil, recuerdo de un viaje que nunca pasó. Estaba siempre perfumada, perfectamente en equilibrio y los brazos levantados en un gracioso abrazo. Según cómo la miraba la luz, destellaba reflejos de todos los colores a pesar de que ella había entregado el suyo.
Una de sus piernas se mostraba revelando los dedos del pie y su tobillo, más allá del doblez de su larga pollera color rosa gastado. En su cara inerte se entreveía cómo su sonrisa ocultaba sus sentimientos materiales, duros, quebradizos. Todos manifestados de forma gradual, como su llanto. Aquel que algunas veces quebraba el espacio cuando todo estaba oscuro. Y siempre, siempre, aquella tensión se la llevaba sin que pudiera hacer nada.
La figura, mirá, se rompió sola, sin que nadie la toque. ¡Que no te engañe su aspecto, tan descarada! Las figuras, ya sean de cristal o de porcelana, no tienen vida.
Entonces sí: para Porcelana lo mejor es gritar en el desierto donde realmente no hay nadie . Y aunque sus mensajes necesiten oyentes, sus ordenes necesiten oyentes, sus mentiras necesiten oyentes, su figura susurra sus verdades al desierto y no a las estatuas vivientes.
16.7.07
Sal
Su Roja Majestad no debiera de ronronear tan fuertemente, dijo Alicia, frotándose los ojos y dirigiéndose al gatito, respetuosamente pero con alguna severidad. Me has despertado y, ¡ay, lo que estaba soñando era tan bonito! Y has estado conmigo, gatito, todo este tiempo, en el mundo del espejo, ¿lo sabías, querido?
La oscuridad no deja ver la actitud del ánimo celoso que tiene el mapa gastado Nada perturba el paseo por las calles, ni siquiera los charcos empapados de dejadez, piedras y fiestas. Yo prefiero no correr porque disfruto seguir quieta, imperturbable lejos de esa conversación gastada de estereotipos. En cambio, elijo empezar una y otra vez esa conversación que permite, al menos, sentir el calor. El cuerpo. Te invito a abrir la boca ante el deseo de tragarnos el mar. Te cambio la espina del viento por una colección de fotos en mi álbum de sal. Yo viajo sin medir distancias en nuestro país de maravillas, eligiendo soñar mientras pasa el día.
8.7.07
El sonido conservado.
6.7.07
A la búsqueda de un título. También. Que se ajuste al tiempo.
¿Por qué no? Si nos encanta lo prohibido. Nos encanta la misma sensación de misterio de una mirada, un recuerdo, de esos días cuando la realidad nos pasaba por encima, de nosotros subidos a un tren hacia un destino que pensamos podía ser de una eterna primavera... Pero no. Es una mirada a esos días marcados de muchas ausencias que hoy siguen presentes. Y entonces les invento nombres, amores, paranoias, sufrimientos, miedos... todo un vértigo de sensaciones.
¿Para qué? Sonriamos... Para alimentar esa manía absurda de relacionar objetos con personas, de otorgar características de un objeto a una persona. Porque ahí te encuentro. Ahí, en un rincón pero sin poder recordar de qué secuencia de insultos y caricias extasiadas venís.
Nada. No pueden controlar que mis ojos, ahora fundidos con mi reflejo, me miren con dulzura. No pueden prohibirme hablar de otros lugares donde viven mis propias extrañas y hermosas bestias.