4.2.08

Palabras

Poema tras canción, a lo largo de las sutiles arrugas de las manos, aprendí tu arte de sentir. Y así comprendí todos mis silencios. Sólo importaba que las palabras fueran bellas. Y nuestro abrazo... Que te hace suspirar después de un beso a tiempo. Y que deja ver como todo mi cuerpo se hace puras palabras y el tuyo pasión. No te preocupes, tu infancia te sigue esperando. Nada se ha incendiado y nadie romperá los juguetes viejos. Contame tu realidad al oído y sentí la frescura del aire sobre la piel borrando las marcas por angustias vividas. Quedate un rato observándome en la oscuridad de la noche. Llorá conmigo si sentís necesario y escuchá todos los sonidos de mi mundo interior... Poco a poco, sumergite en esos sonidos. Sonidos que evocan palabras que, solo parece, no son de nadie.