Preámbulos

Para mi Sidharta

Los preámbulos siempre han sido la mejor manera de ocultar la cobardía, el sistema perfecto para una enfermedad con verdades que duelen. Por eso las cartas de suicidio son tan largas y nunca dicen “suicidio”. Los que terminan con su vida no dejan carta; dejan envases no retornables – o sí, cuestión de óptica -.

Y esto es otro preámbulo demasiado extenso para un sarpullido que escribe su nombre en mi cuerpo y pide a gritos reconocimiento – como la gente que escribe preámbulos pide a gritos la presencia de la síntesis o la materialización del valor -. Acá llega mi síntesis. Estoy sola.

Remitente por favor

"Dolor anda, ya no quiero verte conmigo."

Te ubico un poco: esto es una ficción. Un salto de la realidad. Esta es la carta que tendría que ser, no para vos, sino para otro; que no es ni mejor ni peor, pero es otro. Esta carta tendría que haber sido escrita antes de que el tiempo avanzara y con un destinatario diferente al que es hoy. No te confundas, no te desmerezco, sólo me anduve preguntando “y qué tal si...”. Te escribo igual.

Lo que pasa es que ando medio alterada y no encuentro mejor manera de divagar que pensar en hipotéticas cuestiones con vos de las que, después, no me puedo olvidar y me obsesionan. Por ejemplo: ¿cuál es el mejor modo de hablar con vos? O ¿por qué me molesta cómo parpadeas a destiempo? Como si el ojo derecho le ganase siempre al izquierdo.

En fin... Esos “if” a los que todavía no sé si tengo que darles bola. Mi problema es que tengo buena memoria (mentirosa, pero buena), por lo que imagino aún más cosas con vos, lo que me altera áun más... y así. ¿Ves el círculo en todo esto?

¿Por qué te cuento de las cosas que pienso cada vez que me pregunto cuál es el mejor modo de hablar con vos? Supongo que en parte es por mi respeto hacia algo que es muy particular tuyo: Vos, en un lugar donde la fricción resulta lo corriente, donde la gente gusta de lo carnal como si fuera un helado de chocolate... Vos buscas el afecto. La pregunta es si tu soledad resulte tan trágica como para que termines buscando compañera.

Imagino cómo te cagas de risa al leer estas palabras y no puedo más que reírme con vos. Si total, esta carta no es para vos. Me doy cuenta de que soy un ser emocionalmente inmaduro, incapaz de responder al otro. Así que disculpá si hablé demasiado. No quiero incomodarte pero es que me encanta escribirle cartas a desconocidos. Y vos en mi tiempo y espacio, sos un desconocido.

También que hace demasiado que no duermo ni que salgo de casa, culpemos a esos factores. A eso y a que extraño verte como solía hacerlo. Ah, y a que además estoy algo estúpida.

Nuestro infierno es la buena vida

Estamos paralizados y nos disculpamos. Que se les termine yendo a cara o cruz la vida.

PD

Finalmente me he decidido a escribirle. A deshoras por supuesto, que es el único momento en que puedo hacerlo. Espero poder establecer con usted un diálogo, tertulia y los límites del silencio que a menudo nos profesamos.
En primer lugar, le agradezco los cumplidos en aquella carta que no he podido responder aún. Hay que reconocer que cuando usted investiga, llega al hueso.
Quiero verlo lo más pronto posible.

Qué raro.. que para todos los vínculos sean tan fáciles de vulnerar. Y de repente se aparezca Dieguito a 1200 km de distancia y - a pesar de muy todo - tenga muchas ganas de saludarlo.

Oda para tí.

swāmī significa literalmente ‘amo de sí mismo’.

Mapas

Él o ella tiende a guardarme entre un montón de cosas no tan útiles como yo. Les da lo mismo si en otros tiempos fui atesorada por las manos de un cartógrafo eminente o un estudioso de las estrellas. Aunque no sirvo de mucho en terrenos astrológicos, de mí depende que mi dueño/a encuentre su destino en un crisol de homenajes, números y señales, mientras una red se interrumpe en su mirada para continuar un poco más allá, con un simple aleteo, cuando es él o ella quien quisiera volar entre el batir de mis alas reticuladas, como una libélula reducida a cuadriláteros anaranjados más o menos idénticos entre sí, salpicado de manchas verdes como mesas de pool piadosamente repartidas.
Y él o ella sabe que las profecías que contengo no son sino el preámbulo de un ascenso a esas cajas de lata con agujeros como ventanas, ese mar de humo transparente y carteles numerados, o un descenso a esos túneles excavados con la única finalidad de investigar los efectos de la aceleración y la presión de los cuerpos a horas pico,sin mencionar la apnea y las escaleras que parecen conducir lenta e inexorablemente a una verdad que han esperado toda su vida, pero que finalmente los decepcionan denostándolos en tierra firme, más arriba o más abajo.
A pesar de que él o ella sólo recurre a mi consejo en casos extremos,cuando podía haberse ahorrado toda una serie de disgustos con sólo preguntarme, yo no puedo evitar dar una precisión a su desasosiego, poner un nombre y un número a su ignorancia. Eso parece dibujarle una sonrisa lejana a veces, y él o ella cierra mis alas y vuelve a guardarme entre ruidos amortiguados, bolígrafos y cosméticos.
* * *
Si la vulgaridad de los claustros pedagógicos insiste en volverlo simple acertijo, asunto resuelto (y olvidable). Si eso no ocurre esto es un juguete y eso lo vuelve un regalo.

plusdata: es una guía T!!!! gritará alguno y lo arruinará todo.

Relojería

Aprenderé mecánica este año me digo, pero sé que es mentira, que nunca voy a saber cómo funciona un auto. Apenas una vaga idea acerca de los tiempos de un motor pero más por lo impregnado que quedó la imagen de una biela y un cilindro en mi retina - similar a una pierna sobre el pedal de una bicicleta - que por el verdadero entendimiento de lo que es una máquina. De seguro que no es un puñado de engranajes.

Cuando era chica desarmé un reloj. Y ese reloj no era chatarrerío. El reloj era otra cosa, algo inalcanzable y admirable. Desarmé muchas cosas cuando era chica. Pero cuando volvía a armarlas siempre me quedaba algo afuera o algo que no volvía a encajar como antes, por más precisión que alegase y buena voluntad involucrada. Además desarmar me llevaba el día y el día se había ido a la hora de volver a armar. Eso y mientras que desarmaba los engranajes detenían su risa y miraban hacia sus dioses preguntando porqué y cuándo volverían a recuperar sus lugares, cuándo volverían a reír y tocar, pues ahora estaban como ciegos y encantados, congelados en pequeños mundos lejanos. Muy lejanos también de sus días de gloria, cuando daban su mano al engranaje vecino y cuchicheaban sus nombres y oficios y el trato que aquel a la izquierda le daba al otro a su derecha. Comerciaban giros, rumores y secretos. Ese era el mundo de los engranajes.

De esta manera me miraban a mí, su Desmantelador. De esta manera esperaban en silencio. Mi nombre era lo que podía desprenderse de ellos. Y mi oficio... El oficio que nos aferra las manos como engranajes... Somos engranajes. Entonces mejor no separarse, no soltarse de de las manos. Porque todo ira a parar a otro naufragio y esto es lo último que nos queda. Ya estuve más allá de esto y sé que esto es lo último.

Ahora que...

... se ha corrompido la inocencia.

Ahora que...

...se suicidó el amor.

I

Espero que la marea esté un poco más calmada, porque por acá los estilos de vida no solo que no dejan a nadie conforme sino que cada uno de nosotros experimenta en carne propia colores, sabores y matices de este juego al que llamamos vida cotidiana. De esos que nunca habíamos tenido el gusto de probar.

Están los que experimentan, se creen un poco mas parecidos a dios y se dan el gusto de crear una vida sin importar demasiado los cimientos. Están los escupen en su propio orgullo, saltan sin mirar, piden sin pensar, hablan sin medir. Están los que callan y nadie sabe cómo arma o deja de armar un guión complejo, divertido, vertiginoso. Están los que renuncian y se aburren, los que pelean, los que se quejan, los que lloran, los que anhelan.

Acá estamos casi todos. Lo que si.... No parecemos los mismos.

¿Cómo sobreviriamos si no existiera la posibilidad de tirar a la basura el diccionario, o de extraviarlo accidentalmente en un deseo?

Es como ese sueño matinal en el que uno se viste y se va a trabajar cuando en realidad, durmiendo, lo que se hace es vender el alma al diablo por diez minutos más.

Serena

Y un día me di cuenta que yo no tengo la misma imagen de "si-no", que soy una buscadora.

¿De qué? No sé, pero lo soy...

{tiempos y espacios en producción. ph: AL + ph.sh.: LL + BF + MY}

Tiempos y espacios

Es el depósito de la locura: el origen mismo encuentra su futuro en presente. Su primitivo aspecto, multiforme. Es el basural de las conciencias, pero nadie escucha aunque se grite las palabras con ese timbre de quien a primera impresión parece un ogro.
Yo escribo lo que originalmente eran tres páginas, pero me dijeron que la adolescencia nunca dura más de dos.
Luego, inevitablemente, se entra en la reflexión: los ingleses revolucionan la guerra con máquinas, los dadaístas el arte con vidrios pintados, Tarantino el cine con spaghetti, la señora de al lado el mundo de la repostería casera con su flan de tres pisos... Mientras, alguien quiere volver a ser joven.
Evidentemente la revolución no es nunca un asunto político, es algo interno y privado como en un motor de cuatro tiempos.
La psiquiatría es un método industrial para tornear afectos. Pero solo produce en serie terrores nuevos, a bajo precio. Solo por eso, gano con palabras. Porque no tengo otra forma.

Salta ha dicho...

"Oh corazón, tu infancia se ha acabado"