29.3.07

Carta desde el piano

Lo veo siempre sentarse en la cama revuelta, agarrase la cara con las manos y pararse con fastidio. Y se va. Lo veo.
No me mira.
Lo veo sonreír a veces cuando trae a una mujer que nunca es la misma. Los veo fingir con la mirada un pedazo de amor que a ninguno satisface. Y se va. Lo veo.
No me mira.
Lo veo partir a veces dejándome con una habitación vacía, muda. Lo veo volver cada vez más gris. Y se queda. Lo veo.
No me mira.
Lo veo arreglarse frente a mí buscando mi mirada.
No lo veo. Me mira.
Lo veo reflejar su búsqueda en el espejo.
Lo veo. Me ve. No lo miro.
** ...un órden alterado por la explosión del nuevo sentido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

y aunque dos compartan el momento, no siempre comparten el mismo tiempo.
y tu tiempo es el de pocos.