18.7.07

Porcelana

¿Qué camino debo tomar?
Depende de dónde quieras ir...
A cualquier lugar...
¡Entonces tomá cualquier camino!

Porcelana era una figura transparente y ágil, recuerdo de un viaje que nunca pasó. Estaba siempre perfumada, perfectamente en equilibrio y los brazos levantados en un gracioso abrazo. Según cómo la miraba la luz, destellaba reflejos de todos los colores a pesar de que ella había entregado el suyo.

Una de sus piernas se mostraba revelando los dedos del pie y su tobillo, más allá del doblez de su larga pollera color rosa gastado. En su cara inerte se entreveía cómo su sonrisa ocultaba sus sentimientos materiales, duros, quebradizos. Todos manifestados de forma gradual, como su llanto. Aquel que algunas veces quebraba el espacio cuando todo estaba oscuro. Y siempre, siempre, aquella tensión se la llevaba sin que pudiera hacer nada.

La figura, mirá, se rompió sola, sin que nadie la toque. ¡Que no te engañe su aspecto, tan descarada! Las figuras, ya sean de cristal o de porcelana, no tienen vida.

Entonces sí: para Porcelana lo mejor es gritar en el desierto donde realmente no hay nadie . Y aunque sus mensajes necesiten oyentes, sus ordenes necesiten oyentes, sus mentiras necesiten oyentes, su figura susurra sus verdades al desierto y no a las estatuas vivientes.

1 comentario:

Maximiliano dijo...

CyC: Me gustan mucho los cierres de tus escritos. Este no es la excepcion.
Por como vivia Porcelana, parece que su llanto corría por dentro. Y lo gradual de su expresión por fuera, en cualquier momento podria estallar. Tal vez necesitara recuperar los colores perdidos. Al ser volveria a SER.
¿A donde se la llevaba aquella tension?